brújula orientación valores y principios

El siglo XX nos trajo importantes novedades en la administración de empresas. Aportes como los de Frederick Taylor y sus Principios de la administración científica o Henry Gantt y su gestión visual de los programas de producción. El foco se ubica en planear, organizar, dirigir y controlar. Esto supuso un avance sustancial en la sistematización de los procesos industriales característicos de la segunda revolución industrial.

El sistema de producción en serie popularizó la línea de montaje antes de la primera guerra mundial. El Fordismo promovió la especialización, la transformación del esquema industrial y la reducción de costes, basándose en las economías de escala.

Con la segunda guerra mundial, se produjeron grandes avances tecnológicos, que luego impactaron en ámbitos civiles. El ciclo de vida de los productos se acortó y la aceleración del cambio se hizo evidente. Los nuevos estándares de calidad surgieron en 1947 con la creación de la organización y las normas ISO. El sistema de producción de Toyota cambió el enfoque de producir Just in case por el nuevo Just in time o Justo a tiempo. Surgió el concepto de Kanban, con señales gráficas y el control visual del proceso. Estos sistemas evolucionaron entre 1946 y 1975 hasta alcanzar el Lean Manufacturing (manufactura sin desperdicios).

El sistema Lean  es un modelo de gestión enfocado a la creación de flujo para poder entregar el máximo valor a los clientes, utilizando para ello el mínimo de recursos necesarios. Eliminando el despilfarro, se mejora la calidad y se reducen el tiempo de producción y los costes.

En 1941, IBM, International Business Machines, crea en Estados Unidos el ordenador Harvard Mark I, mientras que en Inglaterra se desarrolla Colossus Mk. I, con el fin de descifrar las comunicaciones alemanas durante la guerra. Ambas máquinas eran de naturaleza electromecánica, y funcionaban mediante relés, pero en 1947, la Universidad de Pensilvania construye ENIAC, el primer computador de válvulas de propósito general. Su uso, sin embargo, estaba destinado al cálculo de trayectorias balísticas. 

Estos desarrollos desembarcaron en la década de 1960 en la vida civil de manera masiva. Un ejemplo de esto es la alianza formada entre American Airlines e IBM, para crear un sistema completo de reservaciones aéreas disponibles desde cualquier localización. Este se conoce hoy como Sabre.

En 1971 Intel presenta su procesador 4004, el primer chip comercial, y un poco más tarde, en 1975, surgen compañías como Microsoft y Apple. Los ordenadores personales se vuelven una realidad. En menos de 10 años, ARPANET se separa de la red de comunicaciones militares, y en 1990 Tim Berners Lee ideó el hipertexto, semilla de la red de redes.

La creación de software aumenta de manera exponencial. Nuevos lenguajes y cambios de paradigmas cada vez más acelerados, dan origen a diversas metodologías de desarrollo. La orientación al proceso, heredada de Toyota, nos propone una gestión en la cual el resultado es una función de ciertos inputs o entradas y una secuencia de tareas estandarizada. 

El modelo waterfall o en cascada, pensado por Boehm, evoluciona hacia RUP (proceso unificado racional). Ahora, el desarrollo está dirigido por los casos de uso y es iterativo e incremental.

Los casos de uso son requerimientos enfocados a brindar valor al cliente. El proceso debe garantizar que todo el desarrollo, pruebas, planificación y documentación, está orientado a cubrir estas expectativas del usuario final.

Iterativo implica que el proyecto se divide en etapas homólogas y autocontenidas que deben dar como resultado un ejecutable. Incremental significa que por cada una de las iteraciones se va agregando valor al cliente.

Con esto se populariza el UML o lenguaje unificado de modelado. La documentación de los proyectos se torna muy extensa y difícil de comprender a la vez que se normalizan cada vez más tareas y protocolos para la construcción de software. La búsqueda de la definición, repetibilidad y optimización del desarrollo se cristaliza en normativas como ISO 154504 o CMMi (modelo de madurez de integración de capacidades).

A mediados de la década de 1990, surge una reacción contra estos métodos, considerados pesados por ser muy estructurados y estrictos. La evolución del modelo waterfall se empezó a considerar burocrática, lenta, degradante e incompatible con un trabajo eficiente. La observación de muchos proyectos durante décadas, demuestra que las predicciones, estimaciones precisas y los planes detallados rara vez se cumplen y generan gran cantidad de desperdicio. 

En el año 2001, un grupo de personas influyentes en la industria informática se reunieron en una estación de esquí en Utah, Estados Unidos y acuñaron la denominación de “métodos ágiles”. Se enfocan en sistemas complejos, con características cambiantes de manera no lineal y no determinística. En ellos, los requerimientos son emergentes y se van descubriendo con la retroalimentación de sucesivos lanzamientos del producto. 

Promulgaron un documento conocido como Manifiesto ágil, en el cual enumeran unos valores y principios destinados a guiar el desarrollo de aplicaciones. Sus autores fueron:

Kent Beck, Ward Cunningham, Dave Thomas, Jeff Sutherland, Ken Schwaber, Jim Highsmith, Alistair Cockburn, Robert C. Martin, Mike Beedle, Arie van Bennekum, Martin Fowler, James Grenning, Andrew Hunt, Ron Jeffries, Jon Kern, Brian Marick y Steve Mellor.

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