Innovación

Las ideas, comportamientos, productos y servicios no son adoptados por todas las personas al mismo tiempo. Unos comienzan a utilizarlos antes que otros. Everett Rogers describe dicho proceso en su libro de 1962 “Difusión de las innovaciones” (Diffusion of innovations). Definimos que innovación es «una idea, práctica u objeto que es percibido por un individuo como novedoso», por lo tanto, el concepto es puramente subjetivo. Esta teoría sociológica, basada en estudios de fines del siglo XIX, explica la forma, motivos y velocidad a la cual se mueven los nuevos conceptos a través de las diferentes culturas. Considera que cualquier sujeto pertenece a uno de cinco grupos, basado en la demora en comenzar a adoptar las innovaciones. Este autor nos dice que a fin de promover la adopción generalizada de un nuevo comportamiento, es necesario emplear diversos canales y medios de comunicación para cada grupo de adoptantes. No obtendremos resultados iguales si empleamos la televisión, o una red social, o una conversación cara a cara.

Características de los diferentes segmentos:

Innovadores (2.5% de la población): es un grupo poco numeroso pero crucial. Son los primeros en conocer una innovación, son vanguardistas y no temen asumir riesgos. Divulgan sus experiencias a sus círculos cercanos y comunidades.

Primeros seguidores (13.5%): son igualmente un grupo no mayoritario, pero suelen ser respetados como líderes de opinión. Tienen un componente visionario sobre las innovaciones. Desempeñan un papel clave en cruzar el abismo, que es el punto en que las tendencias se convierten en una adopción popular.

Mayoría temprana (34%): se toman su tiempo para tomar decisiones. Observan la experiencia ajena y sólo adoptan el producto una vez convencidos que les ocasionará beneficios tangibles.

Mayoría tardía (34%): tiene mayor resistencia al cambio, pero son influenciados por la presión social. Sólo adoptan las innovaciones una vez que están extensamente probadas y asimiladas por la sociedad. Este grupo no corre riesgos originados en la prueba de nuevos productos, servicios o comportamientos.

Rezagados (16%): son muy resistentes al cambio y difíciles de influenciar. Suelen tener poca exposición a los medios de comunicación, lo que les vuelve inmunes a las campañas de comercialización. Pueden adoptar una innovación una vez que esta se ha vuelto algo tradicional.

 Si consideramos los porcentajes indicados, vemos que el modelo coincide con una distribución estadística normal. 

Curva difusion rogers

Proceso de decisión

Los individuos deben tomar una decisión sobre si adoptar o no una innovación. Este proceso no es instantáneo, sino que requiere más o menos tiempo según cada uno. Se necesita atravesar cinco etapas bien definidas.

Conocimiento: ocurre cuando se toma conocimiento de la existencia de una innovación y de cómo funciona

Persuasión: la persona se forma una opinión favorable o desfavorable acerca de la innovación

Decisión: se inicia una serie de actividades con el fin de adoptar o rechazar la innovación. Si se decide rechazarla, el proceso finaliza.

Implantación: tras aceptar la innovación, comienza su utilización cotidiana

Confirmación: consiste en la búsqueda de refuerzo sobre la decisión tomada

Velocidad de adopción

La velocidad de adopción de depende del sistema social, diferentes sistemas presentan diversas velocidades de aceptación para un mismo elemento. La rapidez con que un cambio es aceptado en una sociedad es un indicador claro de éxito. Esta celeridad es relativa (cantidad de adoptantes respecto al total) hasta que un cierto porcentaje de la población adopte la innovación. Si representamos el número de personas que adoptan la idea en un diagrama de frecuencia acumulada a través del tiempo, el resultado es una curva similar a una letra S. El patrón es siempre lento – rápido – lento. Las innovaciones que se propagan velozmente poseen forma de S alargada, con una pendiente abrupta, mientras que las más resistentes a ser aceptadas toman una apariencia aplanada. Cuando el grafo alcanza una asíntota horizontal el proceso ha finalizado. Por ejemplo, podemos apreciar que algunas tecnologías, como las redes sociales, se han difundido en pocos años, en tanto que que otras pueden tardar décadas en conseguir una difusión generalizada, tal es el caso de la energía solar.

curva S

Evitando el abismo

Los innovadores y los primeros seguidores constituyen el mercado temprano. Estos individuos comprenden la fase en que se encuentra el producto, y por ello no esperan un funcionamiento sin errores ni un diseño perfecto. Asimismo, buscan innovaciones radicales, y no pequeñas mejoras a lo ya existente. En el caso de las organizaciones, aprovechan las nuevas tecnologías para conseguir sus objetivos de negocios de la manera más rápida posible, antes que su ventana de oportunidad se cierre. 

En este punto, puede ocurrir que el mercado temprano pierda interés antes que el público principal comience a despertar. A esto es lo que denominamos abismo o brecha de innovación.

Cuando esto sucede, es porque la tecnología no está lo suficientemente madura, no es estable, o los sistemas no son compatibles o interoperables con la realidad circundante. Se suele hablar de innovaciones adelantadas a su tiempo. Muchos productos, servicios o ideas no logran cruzar el abismo hasta que en algún momento, surge una solución sólida y mejorada que consigue llegar al gran mercado general.

 

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