La transformación digital de las empresas es un hecho que se aceleró desde el inicio de la pandemia por Covid-19. En ese contexto, las compañías se encontraron un nuevo desafío: contar con Scrum Master profesionales. Líderes que enfrenten nuevos retos, resuelvan conflictos desconocidos y tomen decisiones en medio de la incertidumbre.
El rol del Scrum Master surge entonces como respuesta a estas necesidades y adquiere un protagonismo clave. «Es necesario pasar a una metodología de trabajo más rápida y ágil. Es fundamental contar con profesionales que sepan dar valor y se orienten a buenos resultados en plazos cortos». Así lo plantea Beatriz Álzaga, Coordinadora de talento de McKinsey.
La clave está en no perder de vista el componente humano que todo equipo debe conservar para llegar a buen puerto. Según Álzaga, algunas características que definen a este perfil profesional son la comunicación empática, la escucha activa, la asertividad, la tolerancia a la incertidumbre, el trabajo en equipo, la orientación a resultados y el aprendizaje continuo.
«Más allá de los aspectos técnicos de su rol, un Scrum Master se destaca por su condición de líder desde una visión más humana. Tienen el foco 100% en las personas, motivando la colaboración para que se dé de una forma espontánea y no impuesta», resalta la ejecutiva.
Cambios de hábitos
Si bien los cambios en los modos tradicionales de trabajo no se iniciaron con el COVID19, la pandemia funcionó como un acelerador de procesos. Para Beatriz Álzaga, la transformación digital fue catalizada en muchas organizaciones por la pandemia, abriendo paso a nuevas modalidades de trabajo. «Hubo que buscar la manera de que los colaboradores adquiriesen nuevas habilidades para mantener la productividad en contexto remoto y disperso, y aunque las metodologías ágiles ya proponían soluciones para este problema; el rol del Scrum Master funciona como un coach de agilidad para un equipo de trabajo.»
Sin dudas, uno de los principales desafíos de la «nueva normalidad» fue el home office. De la noche a la mañana los líderes se vieron sin un espacio común que los reuniera con sus equipos. Compartir información, tomar decisiones, y acordar prioridades se convirtió en un desafío. «Debían continuar con sus funciones en una oficina hogareña improvisada, en donde las preocupaciones y las interrupciones se intensificaron», señala Beatriz Álzaga.
El rol del Scrum Master después de la pandemia
El Scrum Master representa un perfil profesional que cobra relevancia con el trabajo remoto porque conserva la unión y cohesión de los equipos. «Esté donde esté cada uno de sus integrantes, hace que todos mantengan el foco en el objetivo del proyecto. Además logra que todo lo remoto sea más fácil, ayuda a la transformación digital impuesta y a resolver problemas y bloqueos».
En la práctica, muchas veces se habla de la relevancia del trabajo en equipo pero no se toma en cuenta verdaderamente. En este momento, se apunta a conformar grupos de trabajo capaces de generar compromisos y decisiones para completar sus propósitos. «Aquí, el Scrum Master debe tener la formación, mentalidad y enfoque correctos, no se trata de controlar microscópicamente lo que está haciendo cada integrante, sino de acompañarlo en crecimiento y madurez en torno a valores como autonomía, foco en el cliente, transparencia e innovación.»
La evolución de metodologías ágiles
Además de solucionar los nuevos desafíos que plantea la época, el perfil de un Scrum Master viene a derribar un paradigma: ese que afirma que «hacer mucho» es hacer bien el trabajo y comprometerse con el cliente.
Así lo concibe Beatriz Álzaga, quien además explica la diferencia entre un Scrum Master y otros profesionales del área. «Su foco y sus habilidades de transformación son diferentes. Por ejemplo, en la visión de mejora continua, reflexión en equipo con resultados y técnicas para llevar a cabo como OKRs y Retrospectiva.»
Un Scrum Master, entonces, es capaz de cambiar la mirada acerca de qué significa el éxito en una compañía o cuál es el propósito de un equipo gracias a la implementación de nuevas dinámicas. Esto sin dudas redundará en un aumento de efectividad y eficiencia en los trabajos del equipo y la organización.
Ante el inminente regreso a la presencialidad, Álzaga advierte que este puesto seguirá siendo requerido en el mercado laboral: «Se continuará trabajando de forma híbrida, con días de trabajo presenciales. La evolución de Ágiles está en una curva exponencial de crecimiento en España».
En la actualidad diferentes opciones de certificaciones para Scrum Master, la mayoría enfocadas a profesionales sin experiencia y sin conocimientos previos en Agile. El pago por este puesto laboral es variado y depende de la profesionalización.
La remuneración comprende desde 40.000 euros para personas con poca formación que cubren puestos con baja exigencia, hasta 65.000 euros en empresas donde la transformación es considerada un aspecto clave. En el caso de Agile Coach, la remuneración para este perfil ronda entre los 60.000 y 75.000 euros. Puedes ver algunos ejemplos en Role Description: Agile.
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